Este es un aporte del blog de Merlina Meiler, como siempre aportando en la “mejora emocional”:

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“Te cuesta entablar una relación profunda con alguien, aunque lo que más desearías es tener una pareja estable con quien compartir tu vida y planificar un futuro de a dos. Pero la sola imagen de tan idílica situación te provoca miedo, inseguridad, te sientes demasiado vulnerable, temes sufrir… ¿sabes que tienes anclados amor y dolor en el mismo lugar?

Las experiencias traumáticas marcan nuestras vidas, tanto si las recordamos como si no sabemos qué las han causado. Son las tan conocidas “anclas negativas“: vemos una pintura que nos recuerda algún momento triste, o escuchamos una canción que nos trasporta a otra situación de dolor, incluso un perfume puede hacernos recordar a alguien que ya no está a nuestro lado. Algunas están muy marcadas y han sido provocadas por situaciones que tenemos muy presentes: la pérdida de un ser querido, un abandono, un engaño. Hay otras que no recordamos y que también tienen un efecto poderoso en nuestra manera de actuar aquí y ahora.”

“Quienes hemos pasado por tales experiencias desarrollamos la capacidad de disociarnos emocionalmente de situaciones difíciles o que de algún modo requieren de nuestro compromiso emocional, y así vamos creando la estructura de nuestra personalidad. Somos exitosos en distintas áreas de nuestra vida, como la profesional o la académica, incluso tal vez seamos populares con nuestros amigos o en la comunidad, pero carecemos de las herramientas necesarias para construir una pareja sólida porque nos da miedo o pánico sufrir si nos involucramos mucho con alguien desde el amor, ya lo hemos experimentado. Tenemos anclas que se disparan a nivel inconsciente, tal es así que al disociarnos de la idea del dolor que nos provocaría una ruptura o un engaño si entregamos nuestro corazón a otra persona nos estamos disociando de la posibilidad de enamorarnos plenamente. Nuestro inconsciente ancló amor y dolor simultáneamente en algún punto.

¿Cuál es el camino de retorno hacia una vida feliz y plena? Ya has dado el primer paso, te has dado cuenta, a nivel consciente, de lo que está sucediendo.


El segundo paso es el de volver a la situación anterior a la que te provocó que asociaras amor y dolor. O sea, ¿recuerdas como eras antes, cuando eras pequeño o más joven y no tenías estos conflictos? Lo que harás es volver a ese estado inicial de capacidad de amar, confianza y plenitud que en algún momento de tu vida tuviste y después las circunstancias te hicieron modificar. No es importante que recuerdes precisamente qué hecho lo produjo, es más, puede que consideres que es uno y tal vez la experiencia traumática fue otra que tu consciente no recuerda, pero que tu inconsciente sí.
Entonces, el objetivo es recrear tu capacidad de enamorarte plenamente, la tienes dentro tuyo, intacta, en un momento del pasado. Te propongo que mañana, solo por un día, recrees tu capacidad de sorpresa, de amar, de confiar que tenías cuando eras niño (o niña).Sólo mañana y por un día, abre tus sentidos, cree, confía, ama, sueña, ríe, disfruta…”