Mujeres y queja.
Ayer estuvo la sicóloga Pilar Sordo en Concepción y gracias a que Patty grabó la conversa, es que pude escuchar el relato descarnado de su visión de la realidad de las parejas y la familia en Chile. Acá una de las ideas planteadas.
“Parece que hoy nos hemos olvidado de las cosas que son básicas que nos permiten funcionar de manera armónica, siempre digo que he tenido la fortuna y el privilegio de tener una vida tremendamente difícil, ésto me ha permitido tener que inventarme constantemente, detenerme y preguntarme cómo es que voy a seguir caminando.
Gracias a la experiencia he podido observar la diferencia en hombres y mujeres en su comportamiento de vida y en la forma de presentación de conflicto, las mujeres están constantmente hablando de otros, y esos otros parecen ser responsables de lo bueno o malo de su vida.
Observaba que en el discurso de las mujeres siempre había un “sí, pero…”, “Cómo están los nños?, Bién, pero resfriados”,”Cómo estuvieron las vacaciones?, Bien, pero nos tocaron muchos días nublados…”, “Qué tienes lindo tu pelo?, Sí, pero tengo todas las puntas partidas”, “Qué bonita tu chaqueta!, sí pero es super vieja”, “no, si el gallo es simpático, pero no sé, tiene como algo”.
Esa cosa quejumbrosa de las mujeres tiene que tener una explicación, no es porque seamos jodías solamente, es un fenómeno muy interesante e hicimos un estudio de varios años a lo largo de Chile donde trabajaron 4000 personas en grupos de trabajos y 1000 fuera de Chile, para validar los resultados, ahí se me ocurre preguntar que dijeran todas las palabras que se les ocurre cuando les nombro la palabra “Espermio” y “Ovario” , y empiezan a aparecer para la palabra espermio: Velocidad, Carrera, competencia, desafío, conquista, batalla, sexo, guerra, Soltar, etc.
Y asociados con la palabra Ovario, aparecen palabras como: Nido, Acoge, Calor, blanco, solo, lento, acogida, Retener.
Retener y Soltar fueron las palabras que más se dieron para el caso de óvulo y espermio y es real, ya que si una madre no retiene no puede ser madre y si un padre no suelta no puede ser padre, llegué a concluir de acuerdo a los datos que era mucho más allá, que las mujeres estamos diseñadas para retenerlo todo, retenemos líquido, celulitis, somos más estíticas, nos cuesta eliminar gases, somos malas para botar cosas, guardamos ropa, guardamos restos de cosas en el refrigerador, tendemos a guardar recuerdos, y esa sensación de retención con las cosas se relaciona con la capacidad de generar nidos, es un cuento del útero, pero también tiene que ver con la memoria, las mujeres tenemos una excelente memoria emocional.
Nosotras nos acordamos de todo los que nos han hecho, olores, texturas, me tomó o no la mano, me la apretó, tenemos tan potente la memoria emocional que no nos acordamos de las peleas sino que las revivimos, y eso es el aspecto Retensivo. Hay un tercer nivel de retención con el aspecto comunicativo, y eso se nota en lo preguntona que somos las mujeres, como por ejemplo a preguntar cosas: “y qué pasó?, qué te dijo?, cómo estuvo?, y quién estaba?, y cómo me veo?
La clásica mujer retensiva es la clásica mujer que hace todo ella en la casa, se queja todo el día de eso, la explicación mental que tiene es : “si no lo hago yo, no lo hace nadie, y nadie lo va a hacer mejor que yo”, y entonces no lo deja de hacer, y ésto nos mantiene atrapada sicológicamente. Esa clásica mujer retensiva, es la clásica mujer que descalifica cualquier ayuda: “pon el mantel en la mesa, pero no ese si ese es para el día domingo”, ” si vas a hacer la cama así, mejor la hago yo”, etc.
La pega para las mujeres es que tenemos que aprender a soltar, soltar lo que nos hace mal, y cómo: combatiendo el principio que es que gobierna todas las conductas de la mujeres a cualquier edad y a cualquier nivel socioeconómico y es que nos gusta sentirnos necesitadas, mientras más indispensable me siento, más retensiva soy y más me cuesta poder soltar, porque siempre voy a sentir que el resto del mundo me necesita, y de ahí se origina la culpa en las mujeres, porque nunca soy receptor, estoy en un lugar y con la cabeza donde siento que me necesitan. De hecho hay una estadística que el 70% de las mujeres que participaron en el estudio iban al baño con la puerta abierta, esa sensación de sentirse como indispensable siempre, lo mismo ocurre cuando las mujeres dejan de dar pecho, donde ahora ese nño lo puede alimentar otro, eso tiene que ver con el principio a sentirse indispensable.”