Despertar de Luna Pleyadiana
Anahata es un amigo que vive en Pisco Elqui, hace un tiempo que decidió vivir su vida allá junto a sus nietos y a su arte. Se autodenomina como un “humanólogo”, y ésta es una muestra de sus tantos escritos en su facebook y su blog donde comparte experiencias y sensibilidades que lo desbordan.
Desde “El Jardin Secreto”, en Pisco Elqui, Cuarta Region Chile,30º Latitud Sur, Anahata se entretiene haciendo videos experimentales de difrentes temas y visiones.
Name: ANAHATA
Age: 59
ANAHATA – Lucho Beltrán – Vivo en “El Jardín Secreto”, en Pisco Elqui – IV Región, CHILE.
Soy Músico, Orfebre, Pintor, Constructor e intento dejar algunos registros en Video como forma inevitable de expresión de la vida intensa, poética y relajada que vivo.
“El Jardín Secreto” es mi Centro de Terapias Alternativas, donde hago Meditación, Reiki, Masajes y Lectura del Tarot.
“Hoy desperté temprano, como de costumbre… es mi exquisita hora de romance con Dios… hoy Le llamaré así porque cuando le llamo ElElla, hay quienes piensan que me refiero a alguna mina o que apreté mal alguna tecla.
Después de susurrarme mil barbaridades obscenas al oído, algunas incluso referidas a mi erección matutina, finalmente Le dije: “pongámonos serios” y Le pedí que me ayudara a entender mi sueño en el que estaba antes de Su Penetrante Intromisión.
Soñaba que me había robado… no un banco, pero sí mucho “dinero ruso” y lo escondía en esta pieza que yo creía segura e inexpugnable. Lo distribuía en grandes bloques de “Un Millón” y comenzaba a gastármelo sacando pequeñas cantidades de cada bloque millonario, porque así no despertaría sospechas.
En eso estaba… cada vez que volvía a sacar dinero, parecía entrar en otra etapa del sueño, con nuevos planes y buenas razones para gastarlo… cuando fui despertado indecorosamente por ya sabemos Quien.
Pero la razón de mi nota no es acerca de mis sueños… quizá acerca de mis despertares.
Abrí los ojos y una familiar claridad se abría paso entretejiéndose furtivamente a través de mis cortinas de totora.
Abrí mi cama, salté fuera y así, como me trajo Dios al mundo, abrí mi puerta que asoma al jardín… y allí estaba ella… venía a despedirse: “estaré fuera las próximas tres noches”… dijo coqueta la Luna guiñándome el ojo rasgado oriental y sus pestañas rozando la constelación de Las Pléyades colmaron mis ojos dormidos de agua bendita matutina, no por su ausencia inminente sino por la promesa de que volverá a agitar mis mareas una y otra vez porque el mundo no se acaba aunque se caiga una estrella y se estrelle en mi frente faltando diez… para las seis.”
anahata